Esta semana corre un chisme por algunas radios que, aunque no me sorprende por la
catetez de los protagonistas (hay que redifinir eso de
glamour y la linea de división con lo hortera y pueblerino en el sentido mas peyorativo del calificativo), sí me ha sorprendido por lo que de imaginativo tiene el convertir en objeto de joyería algo destinado a estimular las partes pudendas femeninas, o ciertas zonas masculinas cercanas cuando el individuo en cuestión consigue asaz disfrute estimulando "mas-el-culino" ...... , estoy hablando de ese pedazo de dildo, vibrador, consolador que ( permíteme
Mara Jade que utilice los apelativos con los que los has bautizado tu en en tu blog ) el
Deivi ( Beckham) , ha regalado a su mujer, la
Mariviki (una de las del yu-rili-rili-güon ) , ni mas ni menos que fabricado en platino y diamantes.
Dejando aparte el hecho de que , uno , frío tiene que estar eso caray para acercarlo a un sitio con temperatura tan alta, y , dos, no se sabe que puede pasar si en un momento de fogosa obnubilación uno de los diamantes pueda desprenderse y perderse en tan delicada zona, el detalle del Deivi acercándose a ( ¿Un joyero o un sexshop? ) y encargando la ejecución del artefacto mientras el atribulado y circunspecto dependiente ( por supuesto gentleman impecablemente vestido) británico toma nota de los detalles, me parece algo absolutamente impagable y digno de incluirse en los anales ( con perdón ) del surrealismo. Creo que el mismísimo Dalí hubiera aplaudido la situación con alborozo. Hurra por el detalle del chaval que, ya que huye precipitadamente a Los Angeles, al menos ha aprendido en este tiempo algo de los genios hispánicos. No digo nada de como la Mariviki haya reaccionado al ver el regalito, que no puedo imaginarme ni jarto de gintonics como puede reaccionar alguien ante la visión de semejante parato.
Lo que si que parece claro es que la natural discreción que debe acompañar a esas cosas entre proveedor y cliente ha sido violentada por alguien que ha traicionado esa confianza y ha filtrado la situación a los malvados periodistas. En este caso hay regocijo del vulgo por lo de las risas de la memez del tema, pero en otros casos, ejemplos hemos tenido esta semana, el ejercicio de la traición se convierte en el peor reflejo de las miserias humanas. Estamos asistiendo a una sesión de puñaladas digna de una película de Viernes 13, observando además estupefactos como uno de los contendientes deja de pelear con su natural enemigo, dejando a este con la boca abierta, y se dedica a hacerlo con sus propios correligionarios, sacando a flote las facas y las cheiras mas herrumbrosas y afiladas para provocar el peor daño posible, todo en aras de asegurarse un brillante porvenir a cargo de, como no, el capital que todo lo puede ( y que puede, si le sale de las narices, mandarles al carajo como no obtenga lo que quiere). Se da la circunstancia además que, como cuando en este caso, esas maniobras barriobajeras topan con egos descomunales el espectáculo borchornoso es de los que hacen época.
Así que, en este caso y sin que sirva de precedente, mejor mil vibradores de diseño hortera y de nuevo rico, a las peleas traperas, en este caso también de nuevos ricos, o que aspiran a serlo.