Algunas veces he dicho en privado y en público que para mi una buena película, como supongo que en esencia para el resto de los mortales que no responden a la profesión de "crítico", es la que me provoca sensaciones, la que no me deja indiferente; sea para comerme el tarro, echar una lagrimita, una sonrisa larga ( reirme hace mucho que no me rio con ninguna peli), o pegarte a la butaca sin respirar, todo menos que me resulte indiferente. Eso, unido a que ir al cine se está conviertiendo en un pasatiempo para ricos, hace que uno valore especialmente cuando una película pasa esa línea del provocarme sensaciones, para pasar a la categoría de emocionarme.
Eso mismo me ha sucedido con la película de moda del cine español, "El Orfanato" , la opera prima de Juan Antonio Bayona, que probablemente no hubiese visto la luz si no fuera por la habilidad ( y la pasta ) de Guillermo del Toro, mejicano insigne e inteligente que conserva el viejo gusto de Hollywood de lo bien hecho sin perder la visión del cine comercial.
La película como ya he dicho me emocionó. Hacía mucho , mucho tiempo que este Bosco no se introducía con la mente, y casi con el cuerpo, en una pantalla de cine, hasta el punto de no ver la butaca de delante. No sé mucho de cuestiones técnicas de cine, aunque os puedo decir que para mi tiene una de las mejores fotografias de claroscuros que recuerdo, que hace que la mansión donde se desarrolla la trama con ser inquietante no resulte amenazadora, porque aún en la oscuridad se pueden ver perfectamente planos largos y movimientos de cámara advirtiendo lo que está ahí , un montaje sencillamente perfecto al servicio de la trama , una música que envuelve sin que prevalezca por encima de la misma ( no al revés como en muchas producciones americanas en las que uno recuerda mas la música que lo que decía la película) , y una dirección que huye del artificio, de lo manido, del efecto digital ( hay contados con los dedos de la mano en el metraje) , de la sangre y de las visceras tan en boga( un par de efectos de maquillaje en el sitio justo , nada mas), y que se centra en contar una versión gótica del cuento de Peter Pan y los niños perdidos, con una Wendy oscura, angustiada, y a la vez determinada ( sencillamente es-pec-ta-cu-lar Belén Rueda. No es que esté de Oscar, está de interpretación a recordar en las escuelas de cine), que huyé del cliché de la "chica en peligro en una mansión" , para mostrarnos a una madre angustiada por la pérdida de un hijo y decidida por amor a llegar hasta donde sea para recuperarlo ( hasta físicamente Belén transmite esa angustia mezclada con la firmeza de su decisión a lo largo de la película, pasando de un estado físico espléndido al principio, a una delgadez casi cadavérica al final, con un inmenso cansancio y tristeza reflejados en sus ojos. Sublime, en serio).
Terror psicológico en estado puro durante prácticamente todo el metraje ( a mi el vello se me erizó en mas de una ocasión y no soy persona impresionable) , que deja paso a diez minutos finales de casi poesía narrativa y visual en los que la emoción profunda se libera en forma de lágrimas incontenibles , el ejercicio de estilo de "El Orfanato", es uno de las mas puras lecciones de cine que para mi se han hecho en estos últimos años. Quizá por poner un pero algunos personajes un poco planos, como el padre y un cierto gusto por homenajear a clásicos como "Otra vuelta de tuerca", " Suspense", "The Haunting" y algún otro mas que restan originalidad, sin olvidar la inevitable comparación con "Los Otros" ( con la que, por otra parte, para mi no comparte nada mas que la acción dentro de un caserón).
No se si se llevará Oscar o no , que ahí manda lo comercial y las necesidades de las productoras. A mi no me importa, doy por magníficamente empleada la pasta que me dejé esa noche en el cine. Y además, cine español, toma ya.